Comenzamos hablando del encuadre y del efecto del formato (vertical, horizontal o cuadrado), es la elección más controlable.
El siguiente punto es la luz. La altura y la dirección determinan el aspecto de los objetos, al igual que su calidad. No es lo mismo una luz intensa y directa, que provoca sombras duras y nítidas, que otra suave y difusa. También la luz suele determinar la calidad táctil de las imágenes: las sensaciones de textura y volumen. La intensidad de la luz afecta al aspecto general, aunque el resultado depende de la exposición.
Tras la iluminación viene el control del tono, elemento que en blanco y negro adquiere una particular importancia. El empleo de tonos claros u obscuros determina el ambiente de cualquier fotografía. El control del tono ayuda a centrar el interés de la imagen y le da fuerza. La amplitud tonal puede controlase mediante la exposición y la iluminación.
En esta foto, Henri Cartier-Bresson, ha colocado la masa oscura del sujeto contra el fondo claro; las hileras de árboles convergen en la cabeza y el enfoque selectivo y la difusión atmosférica han eliminado los detalles innecesarios del fondo; disparó el obturador en el instante preciso, recogiendo al protagonista en una actitud característica, aislado ante la perspectiva distante. La fotografía es básicamente sencilla y directa, y consigue ilustrar una personalidad y un ambiente.
Bibliografía:
-"La fotografía paso a paso" de Michael Langford
-"Iconos de la fotografía" Ed. Electa
-Enciclopedia
-Internet
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