martes, 14 de abril de 2009

Recensión "Cartas a Théo".


Vincent Van Gogh jamás dejará de pintar, de buscar el éxito y la perfección del trabajo. Théo le enviaba dinero para que siguiese pintando, aunque no vendiese cuadros, pagaba todas sus facturas poniendo fe en lo que hacía Vincent.
En las cartas a Théo queda reflejado su extraordinaria sensibilidad hacia las cosas, olores, colores, la luz... siente adoración por el sol y por el color amarillo. En sus cuadros se muestran en progresión fuerza y emoción, como si de retratos emocionales se tratase. Siempre optará por una realidad en sus pinturas y dibujos, saldrá al campo, al aire libre a pintar, y gustará también de los ambientes nocturnos y de las pasiones que sucedían en ellos.
A Théo le cuenta que siempre deseará una mujer con la que compartir su vida y esto lo atormenta, pero que el trabajo muchas veces lo absorbe y es incapaz de desenvolverse en este y otros aspectos de su vida, todo se llega a convertir en una locura.
La última carta escrita a Théo la encuentran en el bolsillo de su chaqueta el día de su muerte.

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